Esta reflexión, que nos recuerda mucho al revuelo del primo de Rajoy, nos hace insistir en la diferencia entre meteorología (que hace previsiones a corto plazo del estado y evolución de la atmósfera, véase, precipitaciones, temperatura, viento, etc.) y climatología (que estudia el clima, esto es, las condiciones promedio predominantes en una región considerada). En definitiva, el clima no cambia todos los días y la meteorología sí. Por lo tanto, en cuestiones de cambio climático, nadie pretende decir qué día va a llover o desde dónde soplará el viento dentro de 20 años.
Acabamos haciendo hincapié en lo nocivo que es que personalidades de impacto en la sociedad (políticos, verbi gratia) se aventuren a opinar sobre lo-que-sea (porque han oído o les han contado o ellos creen) viciando información que sí cuenta con el rigor científico que precisa.
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