
En esta línea, esta semana surgía una nueva idea: científicos canadienses y estadounidenses proponen inyectar partículas de azufre en la atmósfera mediante erupciones volcánicas controladas para reducir la radiación solar que llega a la Tierra. Está claro, sin radiación solar, no hay cambio climático. Aunque uno, así, de primeras, se pregunta qué otras cosas dependen de la radiación solar, o si pasa algo si la atmósfera se llena de azufre...
La magnitud de un problema se refleja en la necesidad de encontrar solución, en la magnitud de las propuestas e ideas que la sociedad trenza. Nos preguntamos qué tiene que suceder para que, más allá de intentar gestionar cantidades ingentes de gases, de ecosistemas marinos, de gestionar la radiación solar de nuestro planeta, se plantee la gestión de nuestro modo de vida, de la sociedad de consumo.
La magnitud de un problema se refleja en la necesidad de encontrar solución, en la magnitud de las propuestas e ideas que la sociedad trenza. Nos preguntamos qué tiene que suceder para que, más allá de intentar gestionar cantidades ingentes de gases, de ecosistemas marinos, de gestionar la radiación solar de nuestro planeta, se plantee la gestión de nuestro modo de vida, de la sociedad de consumo.
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